sábado, 7 de agosto de 2010

Hay un pasodoble de un gran autor gaditano que empieza: !que bonita es Cádiz por la tarde. sin duda alguna, pero yo digo: que bonita es, por la tarde por la mañana, por la noche... Esas noches de verano donde sentada/o en cualquier terraza nos podemos sentir en pitufolandia. Hace unas noches pude disfrutarla y fué especial porque estuvimos con antiguos compañeros de trabajo, y surgió el recuerdo de algunas anécdotas. Y como en otra ocasión prometí contarlas, hoy les contaré una. Recién contratada yó en el segundo laboratorio de análisis clinicos de los que he trabajado,yo era muy jovencita y bastante tímida,pero con el sentido del humor que creo que nos caracteriza a todos los pitufogaditas, y a mis compañeros les hacía gracia verme roja o tartamudeando cuando me encontraba en alguna situación fuera de lo común. Una vez después de una extracción de sangre poniendole la tirita a un paciente me dice: señorita le puedo pedir un favor.- dígame Vd. Pues verá le pagaré lo que me diga. Ya empecé a abrir los ojos asustada, díga diga . Pues verá quiero que me deje entrar en el baño a lavarme los pies, pueden figurarse que situación tan extraña Cuando se lo dije a mi jefe se atragantó con el café de la risa, porque le pregunté con humor, si ese servicio lo cobrabamos aparte. Y todo se aclaró cuando mi jefe le preguntó: por que pedía algo tan extraño. Su contestación fué que al salir iba al podólogo en la consulta junto a nuestra puerta y en su casa no tenía baño. Pero las risas allí era porque las cosas mas extrañas siempre me ocurrian a mí. Y doy mi pitufopalabra que siempre contaré verdades que cuando lean esto mis compañeros se darán cuenta quien es suspirito azul.